Anoche durante la Misa de Viernes de Hermandad, pudimos disfrutar de una preciosa Eucaristía en la que los más pequeños de la casa junto con nuestra Madre fueron los protagonistas.
Se trataba de la Eucaristía en la que cada año los niños y niñas de la Hermandad hacen su ofrenda floral a la Virgen. Unas flores símbolo de vida, amor, alegría, que deseamos que lleguen cada día a nuestros corazones.
Esas flores que adornarán su altar para que la Fe siga floreciendo en nuestros corazones.
Pero también, este año los niños durante la Eucaristía ofrecieron alimentos porque nuestros niños también quieren ser solidarios con los que tienen cerca, tanto en nuestra Hermandad como en nuestra ciudad. Estos alimentos además simbolizaban que la ayuda a los demás no es algo personal, sino comunitaria de todos los hermanos hacia los demás.
Gracias, a la como siempre, inestimable colaboración y complicidad de nuestro querido sacerdote Rvd. D. Juan Manuel del Río Lerga. Y gracias a los padres por seguir en la preciosa tarea de formar a sus hijos en el amor a Jesús y a nuestra Madre.