Dentro de la emoción que me supone la llegada de la Cuaresma por mis creencias religiosas, los que nos sentimos cofrades (yo prefiero que me llamen Hermana de Jesús),
volvemos a recordar vivencias de otras Semanas Santas, imágenes
mentales de lo que fue la salida procesional del año anterior, y en
nuestro caso, el orgullo de pertenecer al cortejo único de la Hermandad
de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que impregna de luz y de fe la noche
más importante del año.
El rastro de los faroles que fueron dejando nuestras primeras
hermanas, es el que han seguido a lo largo de los siglos generaciones de
abuelas, madres e hijas, que escondían sus plegarias y sus promesas
bajo una túnica morada.
El farol que un día portó la primera
Hermana de Jesús, es el mismo que tu puedes llevar este año, sigamos
adelante con la herencia que un día se nos legó y sintámonos orgullosas
de llevar por bandera, el pertenecer a la primera y única Hermandad que
permitió a las mujeres desfilar en un cortejo procesional.
Puedes
llamarle fe, pero también puedes llamarle historia… Ellas siempre
estuvieron ahí….. Este es su legado….Ahora te toca a ti.., nos toca a
nosotras…..
Ángeles Muñoz Amaya
Hermana de Jesús