A las puertas de la Cuaresma Nuestra Madre deja a un lado su ajuar de oro y se hace más humana que nunca, cuando se viste de hebrea.
Nuca está mal saber el origen de las tradiciones y las razones de las mismas. En cuaresma las vírgenes se visten sin sayas, sin lujos, sin coronas, sin bordados….se visten de hebreas, sin ningun elemento ostentoso, para así de una manera idealizada poder visualizar a la Madre de Jesús, como lo hacían las mujeres hebreas de su época…
El origen de esta vestimenta para las vírgenes, está en los años 20 del pasado siglo, cuando el artista Juan Manuel Rodríguez Ojeda, vistió de está forma a la Virgen de la Iniesta, que llegó así a lucir en su paso en alguna ocasión. Al Parecer Rodríguez Ojeda utilizó los papeles que usaba para los diseños de sus bordados para hacer pruebas del rostrillo de la imagen. La costumbre se generalizó a partir de los años 50 alcanzando hoy a casi la totalidad de dolorosas.
¿Cuáles son los cánones de una Virgen de hebrea?
Dicha vestimenta suele seguir un modelo a veces con contadas variantes:
Saya de terciopelo rojo granate ceñida a la cintura…
Fajín con rayas de vivos colores rematados por flecos, que se anuda sobre el vestido.
Manto de azul en raso en origen pero también en terciopelo con las vueltas blancas.
El tocado es un tejido dispuesto en forma de tablas, generalmente Tul o raso, aunque en la actualidad se utilizan muchos tejidos sin perder el espíritu original.
La virgen carece de corona, sustituida en ocasiones por aureola rematada con doce estrellas, aunque e ocasiones luce diadema.
La composición recuerda a la Inmaculada Concepción de la Virgen, no sólo por las doce estrellas sino también por el colorido, ya que el rojo jacinto y el azul cobalto, eran los colores inmaculistas originales, sustituidos posteriormente por el blanquiceleste.
Desde la Hermandad os animamos a acercaros a rezar a vuestra Madre y felicitamos y elogiamos la labor de nuestro querido vestidor D. César Díaz.